Ulrich Jannert nos regala una entrega en donde atinó a combinar el pulso relajado de soul con la calidez del rock suave, tan solo para ofrecernos un tema que se siente como una conversación con uno mismo en un día incierto. Es la clase de música que nos ponemos para caminatas lentas, llenas de introspección, y tal como dice la letra, dejar que la amabilidad guíe nuestro corazón.
Con una instrumentación libre y un groove sutil, la canción aborda esas dudas silenciosas que se forman en el día a día: ¿estoy donde debo y quiero estar? ¿voy en la dirección correcta?. Aquí Ulrich no nos da respuestas, pero sí pistas, nos dice que debemos movernos con fe, actuar con amor y confiar en el instinto como nuestra brújula.
Aquí existe una vibra genuinamente positiva que fluye sin necesidad de euforia. Todo suena y se siente pensado para reconectar, para que volvamos a lo esencial sin perder el ritmo y la elegancia. Esta canción nos frita e ilumina, mientras nos recuerda con un tono soul que a veces basta con bailar y respirar hondo, para dar los pasos hacia nuestro ritmo propio.
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