Basada en una historia real dentro de la vida de Dylan Owen, el cantante nos abre su corazón y alma y nos narra sobre la ocasión en donde estuvo involucrado en una impactante colisión automovilística y casi pierde a uno de sus seres queridos. Adentrándonos en una experiencia reflexiva sobre la apreciación de la vida y de la compañía de nuestros allegados.
Muy al estilo de Kendrick Lamar con un tono cálido pero firme, además de una habilidad para las líricas bastante notoria e hipnotizante, la voz de Owen conecta casi instantáneamente con el oyente de una manera que sólo el Hip Hip Consciente lo logra. El artista supo utilizar de manera impecable el poder de su voz al usar algo más suave en las estrofas, mientras que para el coro se sube de intensidad, para así lograr mantener un balance entre su vulnerabilidad y cierto tipo de resiliencia.
La producción sencilla pero limpia y efectiva, en donde la voz, que de inicio a fin incita a tener más consciencia, sobre sale de manera bastante agradable, dejando escuchar un ligero y melancólico piano detrás, creando así una pieza memorable dentro del género.






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