Esta es una balada folk pop que ha encontrado su luz en la sobra, entre la súplica y la redención. Puede que al comienzo parezca simple al comienzo, pero conforme la canción avanza, ésta te irá revelando su inesperada profundidad emocional. El tema nació de esa sensación dolorosa que termina encontrando consuelo en la figura de un amigo; ¿Has pasado por algo así?
Es una entrega veraniega agridulce, honesta, vulnerable y cálidamente producida para que nuestros gritos silenciosos puedan salir a través de melodías suaves. En este viaje nos sumergiremos en una atmósfera íntima, con arreglos sencillos, tal y como lo dicta una buena base de folk popero: hay guitarras suaves, un espacio extendido para que la voz brille en su súplica de salvación emocional.
La canción es una experiencia espiritual que nos ilustra sonoramente sobre un relato sobre estar al borde, sin aire, sin nada, ni fuerza para pedir que alguien se quede... o se vaya.
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