Una experiencia musical que fue de la nada a la nota; es una joya de indie rap que nació del vacío, del hambre, del silencio y de un espíritu vacío. El nuevo sencillo de Julian Michael, artista emergente del indie rap, no sólo suena bien, sino que se siente aún mejor. Es un testimonio crudo de cómo de la desesperación puede salir algo que inspire y cómo a veces, la falta de un todo es lo que necesitamos para expresar y sacar nuestro lado más real.
La canción no tarda en envolvernos con una producción minimalista y sincera, gracias a beats cálidos, como rayitos de sol y atmósferas especiales, que dejan que la voz, que es mitad verso hablado y mitad susurro melódico, tome el control emocional del tema. Aquí no hay exageraciones ni filtros innecesarios, aquí lo que reina es la honestidad y la calma que llega cuando ya no hay nada que perder.
Un tema que nos demuestra que el R&B alternativo y el rap independiente son un vehículo esencial para mover emociones crudas, con voces honestas y un corazón enorme lleno de añoranza.
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