Todos en algún momento hemos sentido esa incómoda sensación de tener envidia... lo cual llega a ser bastante pesado para lidiar con y muchas veces nos tragamos ese sentimiento porque no sabemos qué hacer o cómo accionar; sin embargo, Piper Connolly pensó y acertó de una manera increíble al exponer dichos sentires a través del arte musical...
Desde los primeros segundos, se establece un paisaje sonoro que incluso remiten a sonidos retros con toques frescos e innovadores, que están dominados por guitarras eléctricas, percusiones dinámicas y el excelente equilibrio entre lo vibrante del pop y lo potente del punk alternativo.
Respecto a la lírica y la entrega vocal, la artista se atreve a narrar lo que pocos se atreven incluso a confesar: la envida hacia algo o alguien, con una voz cruda y controlada, que no busca la perfección sino más bien una autenticidad que se pueda transmitir en cada palabra, y que se siente como si estuviéramos escuchando algo que llevaba mucho tiempo guardado.
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