La artista, en esta ocasión nos sumerge en una introspección totalmente emocional. Es un grito tranquilo pero liberador por encontrar el sentido, conexión y verdad, especialmente cuando todo lo que creíamos verdadero e infinito, comienza a desmoronarse.
La producción apostó y acertó por crear una atmósfera suave y melancólica, con un ritmo constante que hace que la canción no se sienta estancada en ningún momento; y es así cómo puede existir y percibirse un equilibrio rico entre lo sintético y emocional, para obtener como resultado final una pieza cálida pero con sensación de vacío, representando de manera excelente la intención principal de la canción.
El trabajo vocal de la intérprete, será el ancla emocional del tema. Con todos los elementos a su favor, la narración se sentirá íntima y quebradiza, se expondrá mucha vulnerabilidad y el oyente sentirá que se están dirigiendo directamente a su subconsciente, lo cual, considerablemente es un punto muy grande para una canción.
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