En medio del ruido digital, del estrés y la rutina, algunas melodías logran pausar el tiempo un instante, para recordarte que la calma no sólo se siente, sino también puede bailarse, escucharse y sobre todo, disfrutarse.
Desde las primeras notas, ésta joya del folk rock moderno, se siente como si nos diera un rayito de sol a través de las hojas en movimiento. Con acordes que son ricos y envolventes, más un ritmo que te hace fluir como si estuvieras caminando por el campo, y una instrumentación que emana libertad y tranquilidad, como público podemos disfrutar de una canción que conecta la energía melódica con la serenidad que merece el alma.
La voz principal parece que te cuenta algo íntimo, haciéndote sonreír sin que te des cuenta y sin que comprendas a la perfección lo que está ocurriendo en la canción, lo cual es una cualidad única y que es bien recibida y agradecida, por ser diferente y por conectar tan bien con el público. Si quieres explorar nuevas ramas musicales, con diferentes propósitos y planeaciones, no puedes perderte la oportunidad de escuchar a Billy and the Dreamboats.
0 Comments