En el universo del country alternativo, en donde la tradición del folk se encuentra con una sensibilidad cruda y contemporánea, existe un espacio en donde se exploran emociones complejas y sutiles, como ésta canción, que es una gran pieza melancólica y absorbente que habla sobre enamorarse de alguien que en realidad no existe, al menos no como lo hace en nuestra imaginación.
El artista tenía claro de lo que quería contar y cantar en éste tema, y se nota en cada rincón de la composición: desde los acordes cálidos y tradicionales, hasta la interpretación vocal que carga pura añoranza, y en donde todo esto está lleno de una cierta nostalgia dulce y un anhelo que no tiene aparentemente un lugar preciso al cual llegar.
Musicalmente, la canción permite apreciar e introduce elementos clásicos del country, como guitarras acústicas suaves, baterías flotantes y percusiones tranquilas, pero se le agrega un giro alternativo de no buscar lo íntimo o lo sentimentalismo, sino más bien algo introspectivo y sobre todo, romántico, para que el público pueda disfrutar y conectar con ella con el corazón abierto.
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