Pere Canal nos transporta a un espacio de calma y elegancia, evocando la sofisticación de la música de salón, con una profundidad emocional palpable. Indiscutiblemente, el piano es el principal protagonista, tejiendo una melodía suave y profunda que acaricia nuestros oídos. Sus notas resuenan con una quietud que nos coloca en un ambiente introspectivo y de calma. Su ejecución es impecable, creando una base sólida y un poco melancólica sobre la cual se despliega la narrativa lírica.
La voz emerge utilizando una técnica basada en falsetes que elevan la melodía a una altura celestial, este estilo transmite vulnerabilidad y un anhelo que se alinean perfecto con la letra, que es un poema que utiliza como elemento central a la luna como un símbolo de conexión entre dos personas, que a pesar de estar separadas, comparten un amor que trasciende cualquier barrera. Siendo la luna un cuerpo celeste que me fascina, esta canción inmediatamente se convirtió en una joya que estaré escuchando muy seguid,o es una experiencia auditiva íntima y majestuosa mente ejecutada.
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