Este tema inicia con una guitarra tranquila y la voz de su vocalista
profunda, tranquila, enfocado en pronunciar cada palabra con sentimiento. En el
segundo 45 sube un poco el volumen, pero no la intensidad, esta se mantiene en
su voz, como el relato más suave que haya contado alguna vez. Su tono nos lleva
a otra realidad, a una experiencia musical más dulce, pese a su timbre vocal.
La música mantiene ese ritmo armonioso y con una melodía
tranquila, suave, que parece fluir entre los oídos como una ráfaga de viento. En
el minuto 2:10 hay un insert de niños jugando, se escuchan felices, ríen y dan
esos pequeños gritos dignos de un niño que se está divirtiendo. Luego, la
música sube con un redoble y la voz de Jeremy Davids se mantiene en el tono que
viene manejando desde un inicio. Sin duda se trata de una canción tranquila,
para disfrutar con una vela prendida.
¡Esta canción te va a contar una hermosa historia con música
tranquila!
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