Una hermosa guitarra te da bienvenida a esta canción, a la
que se le suma la batería con un golpeteo bajo, y un bajo que realmente suena
hermoso con la voz de su intérprete, quien parece estar sonriendo mientras
canta cada línea. No lo hace perfecto, pero tiene esa emoción que no se
contiene y que logra transmitir a la persona que lo escucha. Así, la canción va
adquiriendo identidad conforme pasan los segundos y es que su vocalista nos va
metiendo a esta atmósfera.
La música nunca aumenta tanto su volumen, lo que sí hace es
vibrar en intensidad emocional y sonora. En el minuto 3:25 viene un desborde en
la batería que no se contiene, incluso hay un redoble que suena muy bien con la
letra. Y el final, termina con unas hermosas cuerdas que bien podrían servir
como puente para el siguiente tema. En general, me parece una canción que viene
cantada desde el corazón, por eso, el que esté lejos de una perfección sonora
la hace más especial.
¡En “Drop In The Ocean” te va a enamorar cada instrumento!
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