Giannis Nicou conserva las bases sonoras del house clásico en este tema que es una invitación a bailar. Lo que más me gustó es que cerca del minuto 2:17 estos beats marcados bajan un poco el volumen y se van diluyendo para dar paso a una nueva tonada en la que suenan algunas trompetas (probablemente provengan de un sintetizador) pero dan más energía y alegría a la canción, estas también ayudan a rematar ciertos momentos de la canción.
La voz de su intérprete suena relajada, lo cual aporta mucho
a este tema, porque se trata solo de disfrutar de la música, sin complicaciones
o mayores arreglos. El final llega con una batería en donde solo es el tambor
quien va marcando el ritmo de salida, es potente, constantes, y la cabeza trata
de seguir ese sonido a la par con ritmo… hasta que la canción llega a su fin.
¡Esta canción es la perfecta combinación de modernidad y la
sonoridad de la vieja escuela!
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