Esta canción es suave, lenta y la interpretación del inicio
se percibe dulce, como si te estuviera invitando a moverte con ella con calma.
Y es que la voz también tiene un toque de sensualidad e inocencia que logra cautivar
el oído y, combinado con la melodía, crea una canción que te va a erizar la
piel. Por eso mi parte favorita llega en el minuto 1:50, cuando la voz de la intérprete se queda solo acompañada por el bajo, la última estrofa la susurra y,
con ello, cautiva al escucha.
Se puede decir que la base rítmica de esta canción se sustenta en los sonidos inmersivos e introspectivos, cargados de emoción que no se contiene en invitarte a unirte a ellos, no con un movimiento brusco, sino con un baile lento, casi liberador. Los beats crean este ambiente envolvente que, justamente, te hacen sentir atrapado en medio de algo, que gracias a la voz no te hace sentir incómodo, porque todo se trata de una lucha mental en donde, en su conjunto, da como resultado una canción que resuena emocionalmente.
¡La voz te va a envolver y llevar a un estado de ensoñación!
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