Escuchar esta canción de FLEMING es como recibir una postal sonora bañada en sol, brisa marina y recuerdos arenosos que aún raspan, pero son lindos. Es una joya de indie pop en donde se combinas guitarras cristalinas y sintetizadores suaves como el agua y así, formar un paisaje sonoro que huele a sal y a nostalgia.
Es un tema que nos lleva a recorrer lugares en donde alguna vez se compartió lo real y lo más profundo, desde un viaje en coche, hasta un atardecer en la playa. Aquí todo se siente impregnado de esa persona que ya no está, pero cuya presencia aún flota entre olas y un cielo abierto y bonito; y en medio de todo eso, una voz que llega con lo no dicho, como un suspiro al volante por un camino que no lleva a ningún lado, pero al mismo tiempo, nos lleva a todas partes.
Esta es una mezcla delicada entre la melancolía de los recuerdos y la calidez que nos deja haber amado con todo lo que somos. Es ideal para aquellos que saben que el mar guarda secretos, y que nos lugares se habitan, pero a veces también se extrañan.
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