Con una producción que se desliza entre texturas suaves y pulsos íntimos, deathbypeanuts, el enigmático productor alemán con una trayectoria sorprendente tras bambalinas, junto con Noraa nos entrega una joya de R&B contemporáneo, en donde se combina la precisión técnica con un alma desnuda. La canción, nos resuena como una confesión nocturna, es elegante, medida y emocionalmente cargada.
La influencia de su formación clásica se entreteje sutilmente con beats minimalistas, armonías del jazz u líneas de cuerdas que explotan. Pero es en los espacios, unas pausas casi cinematográficas entre versos y melodías, en donde ésta canción encuentra su mayor poder. La voz de Noraa brilla sin esfuerzo, y conecta con el flow de deathbypeanuts, dándonos un sonido y una lírica interesante y adictiva, que hará que nos queramos contagiar de ella.
Esta entrega es como un lienzo; aquí cada elemento está cuidadosamente colocado para servir a la emoción central, esa mezcla de anhelo, duda y deseo que define a un R&B más introspectivo. En su constante juego de sonidos y ritmos, esta producción ha consolidado una propuesta que no solo suena bien, si no que se nos da algo que no sabíamos que necesitábamos.
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