Nos encontramos en una época en donde el trap y el hip-hop se están reinventando constantemente, y de hecho, ésta nueva entrega de MAIK nos permite apreciar una lírica con crudeza y una producción que golpea con fuerza desde el inicio. God Damn arranca con un ritmo oscuro y que nos atrapa, inundado de instrumentos densos, más intervenciones nerviosas que marcan el tempo de una historia urbana sin censura.
La voz del artista nos impone una vibra de arrogancia e introspección, soltándonos barras que tan solo buscan narrarnos una historia con flow en donde nosotros también nos sintamos partícipes. Hay rabia pero también clase y estilo; los ganchos son pegajosos sin que lleguen a sentirse predecibles o comerciales, porque además la producción sabe cómo mantener un equilibrio entre lo sucio del trap clásico y una mezcla pulida más contemporánea.
En definitiva, esta canción la sentirás como un golpe directo al pecho; es corta pero directa y sin filtro. Se nos demuestra una vez más que ese estilo no es solo sonidos fuertes y pesados: sino también es parte de un testimonio de resistencia.
Sí te gusta nuestro contenido síguenos a través del siguiente botón ↓↓↓↓
0 Comments