Desde los primeros acordes, You Never Let Me Go de Luke Henderson, tema principal de su álbum debut, se siente como una apertura después de una confesión; es una conversación sincera con lo divino desde el corazón del dolor humano. Con una capa de sonido de rock alternativo sobrio y envolvente, la canción atraviesa emociones densas como culpa, duda, anhelo y feo, sin caer en sentimentalismos fáciles.
La voz de Henderson se siente frágil pero determinada, lo que hace sentir como si cada palabra fuera arrancada del alma. Las letras nos relatan la lucha espiritual desde lo más profundo, ya que nació de experiencias reales y duras. Es prácticamente como un diálogo con -tu- Dios cargado de honestidad, en donde se confiesa la desconexión, la pérdida de rumbo y la esperanza que no se va de no ser abandonados.
El último minuto (el favorito de Luke) estaba en una súplica cruda: “Oh my god, don’t let me go”, que además de ser una oración perfecta es humana. Prepárate para enfrentar con valentía el misterio de la fe.
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