Un remix que le da una nueva piel sonora a una misma emoción. Lina ha re imaginado su propio tema con un giro profundo, sensual y sorprendentemente íntimo. Es una canción que nació para transformar; el track original se llena a un territorio más atmosférico, jugando con los elementos del R&B contemporáneo y sumergiéndonos sutilmente en texturas de trap, sin perder la esencia emocional que definió la primera entrega.
El verdadero centro de la canción está en la existencia de tempos lentos y un diseño sonoro espacioso que permite que la voz respire y brille con un matiz distinto. Aquí la artista se muestra más vulnerable, contenida y sobre todo, poderosa.
Es un tema que no busca impactar, sino que apuesta por el gancho en el detalle, el ambiente y en el peso emocional de cada elemento sonoro. Es R&B novedoso que tiene conciencia estética y que eso automáticamente lo convierte en el ideal para escuchar en las noches, en momentos de relajamiento.
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