Esta canción tiene una base rítmica irresistible y un mensaje lleno de picardía y revancha emocional. Ojoro nos recalca que -dos pueden jugar-, y se suma al vibrante universo del afrobeat con una narrativa que combina dolor, orgullo y liberación. El artista nos presenta la historia de un hombre herido por la infidelidad de su pareja, y que tras descubrir la traición, decide regresar el golpe sentimental con la misma moneda y además... seguir adelante.
La composición mantiene un groove relajado y firme, con las percusiones características de los sonidos afros, además de arreglos modernos que realzan la tensión emocional de la letra. Por su lado, la voz del intérprete navega entre la melancolía del desengaño y la seguridad de quien se adueña nuevamente de su control, dejando claro que él también sabe jugar ese juego, y viene con sed de venganza.
"Si tú lo hiciste, yo también puedo..." es el lema no dicho del tema; es una declaración de igualdad en medio del drama amoroso. Es una canción perfecta para quienes han pasado por una traición y han tomado la decisión de salir por el otro lado con más fuerza y la cabeza en alto y sobre todo, bailando.
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