Una canción que se destaca en el folk rock confesional que habla sobre el dolor que no vimos venir. El tema es como una sacudida; es una descarga emocional y visceral del dolor, la impotencia y el duelo. Bishop tomó una experiencia devastadora (como por ejemplo aquí, el intento de suicidio de alguien cercano) en una pieza sonora que en lugar de esquivar el dolor, se atreve a morarlo directo a los ojos.
Desde el inicio, nos uniremos a una marcha narrativa íntima y cinematográfica en donde los detalles cuentan más que cualquier metáfora. Es un retrato preciso de una mente que se está desmoronando en silencio; de alguien que intenta reconstruir hechos a partir de los fragmentos de esos recuerdos.
Prepárate para una experiencia en donde tu cuerpo impactará con guitarras acústicas arregladas con emoción y una voz quebrada intencionada por una producción sobria que se decidió por el camino de la verdad cruda. Una travesía incómoda, necesaria y honesta, que agradeceremos y disfrutaremos.
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