La aparición de ésta canción se siente como el surgimiento de un testimonio crudo, honesto y desgarradoramente real. Llegando al folk rock, con su grandiosa capacidad narrativa y emocional, I Feel Like Throwing Up, se cataloga más que tan sólo un título que provoca, también es un clarísimo retrato sonoro del dolor, la enfermedad, la sensación de ser invisible y el aislamiento.
Musicalmente se apoya con la instrumentación de un buen folk movido, que contrasta sutilmente con la dureza lírica. Hay guitarras íntimas y confesionales, que hacen sentir que cada acorde nos acompaña en cada respiración. El ritmo y tono acústico logran que las emociones fluyan sin prisa y crean un espacio seguro para la vulnerabilidad.
Por otro lado, lo más potente es la letra. Surge del periodo más oscuro del artista, quien fue marcado por enfermedades graves, aislamiento obligado y una desconexión dura con el mundo en general, y del dolor de sentirse marginado por una sociedad que no está lista para aceptar a las personas tal y como son. Una canción imperdible que todos deberíamos escuchar -al menos- una vez en la vida.
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