Una canción que está claro que fue hecha para bailar y sentir, todo al mismo tiempo. Estás a punto de descubrir una mezcla deliciosa de dance pop, un house elegante y R&B moderno, con la que te adentraras a un viaje sensorial diseñado específicamente para escucharse con los ojos cerrados, como bien dice el artista.
Desde los primeros segundos nos sumergimos en un groove house, con un beat sutil pero irresistible que marca el tono relajado pero magnético. Las voces ligeras y melódicas, acompañadas de armonías envolventes, se mezclan sobre una base cálida y rítmica. La intención de la producción dinámica y brillante no es apurar, sino permitir que fluyamos junto con ella a través de cada sonido que tiene, a su tiempo, el protagonismo.
El encanto de ésta canción está en la textura, en el uso que le da a su espacio sonoro y en la producción minimalista que está tan bien detallada, que logra hacer que cada voz y cada beat respiran y llegan a cada fibra de nuestro ser mientras bailamos sin juicios, en medio de una pista de baile, o a solas, pero siempre disfrutando.
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