Una canción ideal para decir un adiós en la playa, entre el susurro del mar y las patadas de ahogado del corazón. En ésta entrega, el dúo nos lleva a la orilla de una separación, a ese momento suspendido en el tiempo donde dos personas saben que todo está a punto de terminar, por más grande que sea su deseo de permanecer el uno con el otro.
Es una producción total de indie pop elegante y estratosférico que balancea perfectamente la delicadeza y el desgarro, que se siente como una exploración visceral del amor y su dolor. Existen jun sin fin de metáforas sonoras y sensoriales, envueltas en una instrumentación etérea y sombría, que fácil nos puede recordar al estilo de Caroline Polachek, pero con un giro emocional y más personal.
Sin duda es un poema sonoro acerca de la complejidad de nuestras emociones, especialmente de cuando nuestro corazón se aferra, con una voz sensible y desarmante que se siente cuidada y diseñada para cuidarnos durante los minutos que dura la canción y recordarnos que podemos encontrar belleza en el dolor.
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