Una canción que se desliza suave y satisfactoriamente y ronda entre la melancolía y la esperanza, que te envolverá en una atmósfera cálida y emocional. Fácilmente funciona como un melodioso soporte para esos momentos de incertidumbre y deseo de salir de esos huequitos que a veces nos abruman en nuestras vidas.
Tiene un ritmo lento y delicado, ideal para invitar a los oyentes a una reflexión calmada acerca del cambio que se puede presentar en un momento lleno de dudas; una tonada que nos lleva a transitar de forma serena el camino entre inicios y finales que se presentan en la cotidianidad.
En ésta pieza, podemos disfrutar de un ligero y sutil violín, pero poderoso como para impregnar el sentimiento característico del folk; así mismo, suaves guitarras acústicas se presentan como la mejor compañía para la pista y para la construcción de un paisaje sonoro casi onírico. Al ser una producción minimalista, la emoción que se construye es aún más rica e íntima, ideal para quien quiera una experiencia sonora alentadora y completa.
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