Esta canción se siente como si hubiera sido sacada directamente desde un diario personal. Es una conmovedora pieza de indie pop con tintes de jazz que nace de la nostalgia y la búsqueda de una identidad propia. Tendrás un momento sonoro en donde con cada nota respirarás soledad y auto descubrimiento, y encontrarás a tu himno de confianza que te transmita honestidad emocional.
Desde el principio la atmósfera atrapa con acordes suaves con destellos sutiles jazzeros, percusiones discretas y elegantes, más una voz íntima, con sensación casi confesional, lo cual construye un espacio sonoro cálido y seguro para la vulnerabilidad. Además, es una producción paciente, pausada y contemplativa, entendiéndose como que hay algo (o alguien) que no tiene prisa por llegar, sino algo sincero por decir.
Una canción que perfectamente funciona como recordatorio de que las emociones más íntimas pueden ser universales; sin duda será como un anillo al dedo bien medido y un tema que abrazará a todas aquellas personas que alguna vez se han sentido fuera de lugar y que quieren o están empezando a descubrir su autenticidad.
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