Una canción que floreció desde el caos. Este nuevo lanzamiento de Huebline logra funcionar como refugio emocional y al mismo tiempo, un reflejo sutil del colapso que nos rodea diariamente. Podría definirse como una joya silenciosa que con poquito logra hacerse notar y destaca de entre los temas del indie pop lento con matices de alt punk que le agregan la dualidad entre lo bello y lo roto.
El tema nos habla sobre una relación que nace a contracorriente, en un mundo que se siente que se está cayendo a pedazos, un mensaje que es expresado por una voz suave e íntima, que sube sobre una instrumentación cargada de textura sutil: guitarras bajas, percusiones minimalistas y una atmósfera creciente y elegante; con un equilibrio ideal y artesanal que se mantiene estable gracias a las escenas sonoras cinematográficas que no terminan desde que la canción comienza.
Se utiliza interesantemente a un centro comercial como una metáfora del amor que persiste en épocas decadentes; mientras todo al rededor parece desmoronarse (en todos los aspectos) hay belleza simple y humana en mantener el anhelo de seguir y querer conectar con alguien. Te motiva a encontrar y mantener la chispa dentro del colapso.
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